San Pedro ya ha contestado «la pregunta».


Imagen de Marbella – 23/04/1998

Manuel López¿Quiere San Pedro de verdad la independencia? Un abogado de Marbella se hace esta pregunta en un artículo publicado hace un par de números por «Imagen de Marbella» y yo creo que la pregunta misma es una ingenuidad. 

La afirmación independentista más rotunda se dió en las últimas elecciones municipales, cuando casi el 50 por ciento de lo sampedreños votaron a nuestro grupo, Independentistas de San Pedro, pese a que acababa de formarse y a que lo constituyen personas de las más variadas tendencias políticas. Otros ciudadanos mantuvieron su apoyo a los partidos políticos pero ha sido porque todavía creyeron en las promesas de estas fuerzas de que también iban a luchar por la independencia. La prueba esta en que ahora, cuando se está firmando la petición de independencia, han acudido a suscribirla dirigentes y militantes de Alianza Popular, del Partido Comunista de Andalucía y hasta de la UGT y del PSOE.

Las pocas horas semanales en que es posible firmar, los sampedreños acuden y se apuntan a ese objetivo que comparte todo un pueblo, aunque exista naturalmente una pequeña minoría contraria, como la hubo cuando se votó la propia Constitución.

De modo que la respuesta está ahí, en las propias calles de San Pedro, un pueblo al que seguramente el abogado Luis Benelli visita muy poco. En realidad, él no necesita venir por aquí ni creo que le interese saber de verdad cuál es la respuesta a su pregunta, porque lo que él defiende, y eso me parece legítimo, es el interés de Marbella.

Yo no me atrevería nunca a entrar en un debate jurídico con un letrado tan hábil. Pero en su artículo hay una cantidad de afirmaciones equivocadas y que pueden inducir a error a la opinión pública y éstas no las quiero dejar pasar.

Dice Bertelli que nuestra comisión pro independencia «está encabezada por un partido político con vida propia gracias a Marbella, que le permite ocupar plazas de concejal a cambio de luchar desde dentro por su otro pueblo». Nuestro grupo, aunque formalmente es un partido político (de esa forma pudimos organizamos y presentarnos a elecciones en poco tiempo) es un movímiemo independentista y es verdad que ocupa concejalías para luchar por nuestro pueblo, pero no es correcto decir que esto ocurre gracías a Marbella porque nosotros hemos obtenido más de 3.900 votos y de ellos sólo 46 provinieron de Marbella.

Estoy de acuerdo con el artículo cuando dice que «nunca puede garantizar que la independencia resuelva los problemas actuales». Nadie puede garantizarlo. Tampoco el que sigamos dependiendo de Marbella. Tampoco la democracia, lamentablemente, puede garantizar la solución de los problemas, pero sigue siendo el sistema político más abierto y que nos permite opinar a todos. Del mismo modo, la independencia nos permite a los sampedreños decidir nuestro propio destino como pueblo, aunque nadie, en política (y quizás tampoco ningún abogado, al comenzar un juicio) puede garan tizar el resultado final.

En lo que parece que se cae en la demagogia fácil es cuando se dice que en los últimos 60 anos mil y pico de municipios se han fusionado y sólo 81 se han separado. Supongo que la estadística será cierta y que en los 40 años de franquismo a casi nadie se le ocurría plantear este tipo de reivindicaciones porque en San Pedro mismo algo se intentó pero era difícil en ese entonces llevar la contraria al poder. Pero de todos modos lo importan te es la realidad: es más valioso que 81 municipios se hayan atrevido a reclamar por su autonomía y que lo hayan logrado, que el hecho de que más de mil se hayan fusionado.

Hay algo, sin embargo, que queremos dejar muy claro: los sampedreños no tenemos ningún inconveniente en actuar dentro de la Mancomunidad y en lograr que todos los municipios de la Costa nos unamos para reducir costos de obras y servicios. De modo que no aceptamos de ningún modo que se utilice el argumento de que el nuevo ayuntamiento duplicará los costos, y no solamente porque es la misma arma fácil y efectista que se utilizó contra las autonomías sino porque tampoco es real: puede existir un aumento de costos, y esto no se le ha ocultado nunca a los sampedreños, pero en ningún caso duplicará los gastos. Lo que está claro es que los sampedreños vamos a generar recursos para cubrir una serie de necesidades imperiosas que Marbella no se ha ocupado nunca de resolvemos.

Porque es casi cómico que se nos hable de que «Marbella necesita ir a más» y que no debemos propiciar «la desunión», cuando hasta ahora hemos sido solamente la ciudad dormitorio del lujoso centro turístico vecino. Como es gracioso también que el abogado Bertelli, que no ha tenido responsabilidades políticas en el pasado ni las tiene en el presente, lance ahora la antigua promesa nunca cumplida de los que sí tuvieron responsabilidades: si los sampedreños decimos «no» a la independencia, entonces «a continuación empezar a tratarlos como lo que son: ciudadanos de primera categoría de esta Marbella de todos». Resulta chocante que, tras tantas promesas incumplidas, ahora vengan con este último chantage: si decimos que no, entonces empezarán a tratamos como a ciudadanos de primera. ¿No es un poco tarde para querer engañamos con la misma golosina que tantas veces nos prometieron?

Tampoco escierto que cuando tengamos nuestro propio ayuntamiento haya que «dividir entre dos lo que ya resulta insuficiente para uno», como los servicios sanitarios, judiciales, policiales, etc. Lo que sí es verdad es que, haya un único ayuntamiento o haya dos, tienen que damos a los sampedreños los servicios sanitarios, judiciales, policíales, y otros, para atender dignamente nuestras necesidades. Y esto, pese a la larga lucha que llevamos para lograrlo, todavía no lo hemos conseguido. La realidad es que hay que atender a dos poblaciones, aunque muchas veces en Marbella se hayan creído que sólo tenían que atender a una. Esta es la confusión de Bertelli y de otros que, como él, se han olvidado de la existencia de San Pedro.

Yo le agradezco al abogado Bertelli los elogios personales que me hace y a mi vez respeto profundamente sus conocimientos jurídicos. Pero le voy a decir algo que no se corresponde con ninguna ciencia jurídica sino con la realidad de cada día: una Constitución democrática, aplicada correctamente, ha de amparar siempre los derechos de los ciudadanos. La historia y la geografía nos muestran claramente que San Pedro es un pueblo independiente y no una barriada de Marbella. El pueblo sampedreño tiene unos derechos y está decidido a lograr esa independencia. Frente a esto, ya pueden hacerse todos los análisis jurídicos que se quieran que la realidad no va a cambiar.

Manuel López Gómez
Portavoz municipal de Independentistas de San Pedro

Imagen de Marbella – Caras y cruces.


Imagen de Marbella – Caras y cruces. – 19/03/1988

Francisco Calderón Platero, concejal aliancista sampedreño le echó la bronca a su colega Juan Alcántara por haber asistido a la manifestación independentista celebrada el pasado mes. Sin embargo el hombre debe de habérselo pensado mejor y, para asombro de algunos, acudió a la Tenencia de Alcaldía a estampar su firma en pro de la independencia, la que quedó registrada con el número 1247. Tras el ímpetu de Calderón, Juan Alcántara no se lo pensó dos veces y anunció que él y toda su familia seguirían el ejemplo. Y también firmó el concejal comunista José Fernández, con lo que el PSOE se queda sólo en la «trinchera».

«San Pedro siempre fue independiente».


El Abogado Clavero Arévalo departe amistosamente con el Historiador Fernándo Alcalá
El Abogado Clavero Arévalo departe amistosamente con el Historiador y cronista local Fernándo Alcalá.

Imagen de Marbella 05/03/1988

EL CRONISTA DE MARBELLA DEFIENDE A SAN PEDRO: «La independencia es una causa justa».

El cronista de Marbella, Fernando Alcalá, explica con razones históricas la justicia de la causa independentista.

«Es una causa justa». Esa es como la señal para que Fernando Alcalá Marín, cronista de la villa es decir, de la ciudad- de Marbella empiece a hablar y no pare, después de que se le han preguntado por las razones de su confesado apoyo a la independencia de San Pedro Alcántara, ¿Por qué es una causa justa? «Porque históricamente San Pedro siempre ha vivido con  independencia de Marbella».

RONITA Y JUSTA.
Tras su larga explicación -que después transcribiremos- le preguntamos por el espinoso problema de los límites, de donde poner los límites entre Marbella y posible futuro Ayuntamiento de San Pedro. Aquí Fernando Alcalá se muestra más cauto: se limita a señalar hasta dónde llegaba la Colonia de San Pedro: «el eje de uno de los límites es el río Guadaiza, pero al levante de éste se aproximaba más a Marbella (por Rodeo alto y bajo y La Pepina) y del otro lado, hasta el no Guadalmansa, aunque a poniente de éste se adentraba más hacia Estepona (Las Torres, La Bovadilla y Vega Escondida)». La antigua colonia lindaba con otra, la colonia El Ángel, hoy Nueva Andalucía, «En definitiva -dice Fernando Alcalá- el límite lo tiene que definir la voluntad popular», -¿No ha tenido problemas en Marbella por su público apoyo a San Pedro?

– La verdad es que no. Es una causa bonita y justa. Si alguien me ha preguntado, he contestado: «A mí me molestaría mucho que la gente de San Pedro nos dijera lo que tenemos que hacer aquí, porque no viven nuestros problemas y ellos tienen los suyos». Y me dicen que llevo razón. Después empiezan con el tema de si va a costar dinero, si se pagará más o menos… yo no entro en eso sino en que, históricamente, tienen razón.

UNA PESA MAS QUE TRES.
«Los sampedreños han llevado una vida totalmente independiente de Marbella, sobre todo porque la colonia no era más que una gran finca. El marqués del Duero -fundador de la colonia de San Pedro- se entendía directamente con el gobierno central y les iba a pedir dotaciones a los ministros. Pedía un colegio, pedía una iglesia… y los servicios públicos los atendía él -para eso era su finca- y él tenía un botiquín para los enfermos y contaba con su propio economato. El marqués procuraba contar con un Ayuntamiento y legalmente podía haberlo solicitado. Si no lo pidió fue sencillamente porque tenía muchos problemas y no quería crearse otro más. Pero lo cierto es que la colonia de San Pedro tenía entonces mucho más peso -con su impresionante extensión de 10.000 hectáreas y con la gestión personal del marqués- que el Ayuntamiento de Marbella , el de Estepona y el de Benahavís».

Alcalá tiene unas pocas notas apuntadas pero de cada línea se desprende -simplemente al hilo de su conocimiento del tema y de su prodigiosa memoria- un mini -discurso del que tratamos de recoger lo esencial: «En Marbella habría un guardia municipal y en la colonia había un puesto de la Guardia Civil y otro de Carabineros (o quizás más). El de la Guardia Civil estaba en la misma plaza. La colonia de San Pedro estaba totalmente separada y la gente de allí vivía totalmente aparte de Marbella. Además, que eran personas que venían de Levante, de aquí y de allá».

Aquella independencia era también sinónimo de aislamiento, aunque por entonces los problemas de comunicaciones pesaban en todos lados de modo que el aislamiento era lo normal. «No había puentes en los ríos, y el río Verde era caudaloso, a la finca del marqués bajaban a veces los bandoleros de Ronda. Marbella no le daba nada a San Pedro y San Pedro le daba muy poco a Marbella. Había un concierto económico entre la colonia y el ayuntamiento de Marbella y en los años 30, con un presupuesto en Marbella de 150.000 pesetas, San Pedro aportaba apenas unas 3.000 pesetas. Había un servicio de Quintas para reclutar a los mozos para la milicia, que funcionaba en Marbella, y pocas cosas más que tuvieran que ver con San Pedro… bueno los sampedreños, tenían que venir al juzgado en Marbella, pero eso no tenía nada que ver con el Ayuntamiento».

EL CAMBIO DE LOS 40.
Esta desvinculación duró hasta fechas bastante recientes. Fue poco antes de la guerra civil cuando la finca comenzó a parcelarse. «Hasta entonces, digo que los sampedreños apenas se vinculaban con Marbella porque incluso las relaciones con el Ayuntamiento las llevaba el administrador del marqués, que llegaba en su coche de caballos. Decir que la gente de San Pedro no se ha identificado nunca con la de Marbella es una frase hecha, ya tradicional, pero cierta».

Ese cambio, producido por la parcelación, apenas empezó a hacerse notar hasta los años 40, cuando la colonia «comenzó a ceder servicios al Ayuntamiento: vendió el agua y vendió la Villa San Luis, reacondicionada recientemente y donde ahora está la Tenencia de Alcaldía de San Pedro. Es entonces cuando la colonia se empieza a disgregar. Recuerdo que en 1931, cuando se iniciaba la parcelación, el concejal Don Manuel Sánchez Rovira protestó porque se hacían tres escuelas en Marbella y una en Las Chapas y no se hacía ninguna en San Pedro. Pero pienso que era por inercia: en Marbella no tenían presente a San Pedro porque San Pedro gestionaba sus propios servicios.

Creo que San Pedro tuvo su primer guardia municipal en los años 40, siendo alcalde de Marbella Enrique Belón. Si no recuerdo mal, se trataba de Don José González Sánchez («ponga todos los don, ya que ahora los suprimen todos», acota Fernando Alcalá con aire ligeramente critico»).

«MEJOR PARA TODOS».

Manuel López, Clavero Arévalo y Juan Luis Mena.
Manuel López, Clavero Arévalo y Juan Luis Mena.

Hemos llegado a un punto en el que sabiduría y recuerdos se acumulan y Fernando Alcalá recuerda que la Colonia de San Pedro tenía tres pantanos y la de El Ángel dos… «¿A ver dónde encuentran algo así, una finca con pantanos?», desafía el cronista de Marbella al que se tercie: «Que busquen en la provincia, que busquen en Andalucía y que sigan buscando en toda España: las enciclopedias esas que salen sobre Andalucía le dedican 30 renglones al convento de San Francisco, que 10 buscan con lupa porque no existe, y no hablan de esas impresionantes colonias, en muchos aspectos únicas».

La entrevista está desbordando su tema original. Se habla de la vasta red de acequias, de la granja escolar que el marqués del Duero levantó como última iniciativa y que no pudo ser, del tren de la Mina de Marbella, que sería pequeño pero era nuestro orgullo porque se creó apenas diez años después del primer ferrocarril que hubo en España, de que la viticultura era la base económica local y de que las uvas (hace poco probó el que quizá sea «el último racimo») eran «mejores que las de Manilva». Al fin, volvemos al cauce:
Pienso que si se llega a la independencia se gobernarán mejor tanto San Pedro como Marbella. Pienso… es seguro ¿no? La gente de San Pedro no se ha integrado nunca en Marbella y por lo tanto la independencia es una cosa normal y no una cuestión política inventada atora.

Horacio Eichelbaum

La segregación arranca a una firma por minuto.


Imagen de Marbella – 05/03/1988

El «empujón» del mitin del 28-F dio a los independentistas sampedreños un buen comienzo. Pero el listón está muy alto: hacen falta 8.500 firmas.

Multitudinaria manifestación pro-independencia.
Multitudinaria manifestación pro-independencia.

El Día de Andalucía comenzó desapacible. Hacia el mediodía llovía y las temperaturas bajaban hasta límites incompatibles con nuestro «microclima». Así y todo, los independentistas sampedreños levantaron sus banderas y se dispusieron a remontar la avenida marqués del Duero, seguidos de unos centenares de fieles. Por el camino la manifestación fue engrosándose y al llegar a la Plaza de la Iglesia -final del recorrido- se encontraron con otro grupo compacto que les esperaba.

LLUVIA Y FRIO.

Apenas la columna arrancó, la lluvia se detuvo. Pero las nubes seguían amenazantes y el frío apretaba. Los balcones de la Tenencia de Alcaldía les fueron negados a los organizadores del mitin, de modo que debieron levantar una barricada en la esquina de enfrente, desde donde varios oradores arengaron a los manifestantes. Los municipales calcularon alrededor de 1.200 personas pero algún avispado fotógrafo venido de Málaga aseguraba que los concentrados no eran más de 500. Los organizadores veían dos mil. Los periodistas más curtidos contaban los metros cuadrados cubiertos de gente, multiplicaban y les salía 1.500. No importaba demasiado el número: importaba que había llovido, hacía frío, la noche pasada se había despedido el carnaval hasta avanzada la madrugada y esta vez no había ningún número artístico para «ayudar» a reunir público: a palo seco y en las peores condiciones los independentistas habían conseguido movilizar a un sector importante de «forofos» de la segregación de San Pedro.

Manolo López, líder del movimiento, lamentó que les hubieran negado el balcón de la Villa San Luis y advirtió a los partidos: «si reunimos las 8.500 firmas que necesitamos, tendrán que aceptar la realidad».

El ex-ministro Clavero Arévalo, abogado de los independentistas, también habló desde la tarima, pero fue después, al ofrecer una rueda de prensa -esta vez sí dentro de la Villa San Luis- cuando puso todos los puntos sobre las íes alrededor del proceso legal que debe seguir la segregación:

LA LARGA MARCHA.

«La Comisión Promotora debe encargarse de reunir las firmas y la documentación, entre ella unos estudios que están indicados en la Ley y que se refieren a que San Pedro dispondrá de los medios económicos y humanos para desarrollar los servicios que la población requiere, es decir, que el vecindario no vaya a sufrir con la segregación y que tampoco la población de Marbella vaya a sufrir en lo que respecta a sus servicios esenciales. La documentación -y las firmas necesarias: la de uno más de la mitad del padrón municipal- se presentan ante el Ayuntamiento y se expone públicamente durante un mes para que puedan formularse las oportunas alegaciones. Posteriormente, el ayuntamiento adoptará el acuerdo que sea más conveniente; si la corporación no se pronuncia en un plazo determinado, la Promotora de la segregación podrá elevar la documentación a la Junta de Andalucía. Por último, se llegará al proceso de separación de funciones, bienes y deudas entre los dos ayuntamientos y se convocarán las primeras elecciones del nuevo ayuntamiento».

LAS PRIMERAS FIRMAS.

Mitin pro-independencia.
Mitin pro-independencia.

De las preguntas aclaratorias sobre este procedimiento surgió que, en el caso de que, reuniendo todos los requisitos legales, la Junta de Andalucía negara el derecho a la segregación, podría acudirse a la vía judicial, si se entiende que tal decisión significa una «arbitrariedad», lo que violaría el artículo 9 de la Constitución. En cuanto a los anuncios de autoridades andaluzas en el sentido de que la segregación de Torremolinos «sería la última», Clavero no les dio otra interpretación que la de «tratar de disuadir» a los demás pueblos que luchan por su independencia.

Por otra parle, la recolección de firmas pro segregación se había iniciado dos días antes con la firma de una anciana de cien años y de toda su familia y continuó el domingo 28, con largas colas de los concurrentes al acto independentista. En dos horas y media de trabajo de los funcionarios se llegó a registrar 150 firmas, a una por minuto.

El desafío comienza ahora, ya que debe recogerse una cifra que parece inalcanzable: 8.500 firmas.

Horacio Eichelbaum